Luna (Valle de la)
En este paisaje irreal
de rocas reventadas, las capas de sal, en el lecho de los arroyos rápidamente
desaparecidos, subrayan la avaricia de la naturaleza.
En la
región de Isquigualasto se encuentra una curiosa formación geológica; el Valle
de la Luna. Este valle, de unos 1.750 km2, se extiende en un sistema de altas
sierras, en el límite de la Puna y de la precordillera, al norte de la sierra
de Valle Fértil (provincia de San Juan).
Sobre
esta tierra abrupta, de extraños colores, los bruscos cambios de temperatura y
el bajo índice de humedad han hecho estallar las rocas y creando numerosos
residuos. La erosión eólica, muy intensa, ha modelado paulatinamente los
bloques de tobas volcánicas, las areniscas de la era paleozoica, las arcillas y
los conglomerados depositados en estratos ocres y rojos. Bajo la acción del
viento han aparecido formas sorprendentes, algunas de las cuales semejan
esculturas con apariencia de pájaros, de esfinges, de mesas, etc. La intensa
evaporación hace desaparecer rápidamente los arroyos que se forman como
consecuencia de las escasas precipitaciones estivales. Los bajos fondos están
ocupados por inmensas extensiones saladas, los salares, que recuerdan
los chotts (lagos salados) del Sáhara septentrional. La extrema sequía apenas
permite mas que una rara vegetación de matorrales espinosos, lo que acentúa la
desolación del lugar y otorga al alucinante paisaje mineral un aspecto lunar
que explica su nombre “Valle de la Luna”.
Las
nuevas informaciones, obtenidas gracias a los satélites, permiten suponer que
el Valle de la Luna fue antiguamente un lago. Este hecho ha sido
corroborado por el descubrimiento, en este valle, de uno de
los mayores yacimientos de fósiles del mundo. Los estudios realizados por los
expertos, y que demuestran la identidad de los fósiles (saurios, helechos
gigantes) con los del antiguo continente de Gondwana (que comenzó a dividirse a
finales del paleozoico), hacen que su edad se remonte a miles de años.
El
gran interés de las curiosidades paleontológicas y la belleza salvaje de la
región atraen a los visitantes, poco numerosos, sin embargo, debido a las
dificultades de acceso.
América, Argentina
29º 40´ S.,
68º 5´ O.
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