Hasta
hace poco solo se conocían los mitos fenicios de Astarté y Adonis, réplicas
de las divinidades Istar y Tammuz de Babilonia. Las solemnes fiestas de Adonis
eran de carácter fúnebre y se celebraban en Biblos después de la cosecha.
Los
nombres divinos en esta región, varían constantemente de un lugar a otro y esto
hace imposible que se pueda reconstituír un panteón común de todas las deidades
a quienes rindieron culto los semitas del oeste. Los fenicios de Biblos, desde
los tiempos más remotos, honraban a una diosa que tenía por nombre Baalat (Señora),
que las inscripciones del primer milenio a. de J.C. Asocian a Baal
(Señor) En Sidón se adora al dios Eshmun y a la diosa Astarté, en
el siglo V a de J.C. Mas hcia el sur, los tirios rinden culto al
dios Melkart (rey de la ciudad) y los cartagineses veneran a una pareja
divina, constituída por Ball Ammón
y la misteriosa Tanit. La misma diversidad existe en el panteón de los
arameos en mesopotamia, dominado por Ballshamín (Señor de los cielos) y
por otras divinidades astrales como Shamash (el sol) y Shahr (la luna).
Esta
variedad se debe a la falta de unidad política que existía en estas regiones,
donde cada ciudad formaba un verdadero Estado con una religión propia. No
obstante, la comunidad de origen y lengua permite suponer que, bajo nombres
diferentes, se ocultan en realidad divinidades idénticas.
Baco, dios del vino; Mesopotamia |
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Bibliografía:
-Enciclopedia Metódica (Larousse) [Tomo 3]